¡A todo color!
El color es sin lugar a dudas el elemento más poderosamente expresivo en comunicación visual y diseño gráfico.
Ausente prácticamente en los principios de estas disciplinas reconocidas como tales, será a partir del siglo XIX cuando se incorpore de manera constante en los diseños de carteles publicitarios, en las primeras revistas o en las etiquetas de productos...si bien ya mucho antes las pinturas rupestres y posteriormente los libros amanuenses y las técnicas de xilografía de la imprenta, habían caído en la cuenta de la importancia del color a la hora de conseguir un documento impactante, atractivo y que suscitase la curiosidad y el interés.
Los periódicos fueron un gran excepción ya que se mantuvieron editados en blanco y negro hasta bien entrado el siglo XX. Mientras, la fotografía, el cine y la televisión fueron adoptando el color y convirtiéndolo en parte sustancial del mensaje al espectador. Hoy en día, en soporte digital y en el entorno web es impensable renunciar al atractivo del color y si se hace resulta ser de manera intencionada precisamente para remarcar diferencias volviendo al dramatismo del contraste blanco/negro y de la escala de los grises.
De la época de la Bauhaus (principios del siglo XX) data el análisis y estudio en profundidad del color y de las derivadas de su uso. Relaciones cromáticas y efectos visuales del color están directamente relacionados con su efectos también sicológicos. Esta afirmación no es menor pues el tratamiento y elección de color queda supeditado al impacto que queramos causar en nuestros lectores o espectadores.
En aquellos momentos se estableció por ejemplo una clasificación que dividió a los colores en primarios (roja, amarillo y azul) y secundarios (verde, naranja y violeta) y cómo realizar su uso para conseguir una armonía cromática que denotase equilibrio y simetría en las composiciones. Otra taxonomía de los colores los clasificaba en otros dos grupos, los fríos con la base creada sobre el azul o verde y los cálidos sobre la base del magenta, amarillo o rojo.
De entre todos los estudiosos destacaron las investigaciones de Eva Heller que marcaban, entre otras cuestiones, las relaciones entre los colores y los sentimientos humanos entiendo que todo ello no estaba basado en los gustos sino en un código ancestral, enraizado en nuestro lenguaje y pensamiento. Así el azul sería el color de la armonía y la fidelidad, de la virtud espiritual, el amarillo es un color cálido, el color del sol, de la luz pero también lo asociamos a sentimientos como los celos. Verde es fertilidad y esperanza, negro el color de la muerte o el poder o blanco es el color símbolo de la inocencia, la pureza, la limpieza...
La funcionalidad expresiva de color está ya fuera de toda duda. y para entenderlo mejor recurriremos a la división establecida por Moles. Adjetivamos el color como denotativo cuando se refiere a la representación natural y lo que nos aporta es sobre todo información de cómo es esa figura o ese paisaje que vemos. El color denotativo tienen un carácter marcadamente simbólico, estético mientras que el color esquemático se aplica al extraerlo de su contexto para solo considerar su cualidad cromática.
El color y sus funciones; informativa, descriptiva, emocional, simbólica...al servicio de una comunicación mucho más efectiva, que sirve para atraer, conectar, sugerir...ordenar de forma intencionada un mensaje.
Hola Ángela, me parece muy interesante este artículo sobre el color. Me ha gustado cómo lo has enfocado y la visión que has hecho de la importancia del color desde la aportación de la Bauhaus a principios del siglo XX. Pero, sin lugar a dudas, lo que más me ha llamado la atención ha sido el párrafo donde citas las investigaciones y estudios de Eva Heller en cuanto a las relaciones entre los colores y los sentimientos humanos. Creo que las funciones de Moles y sus divisiones que comentas al final para publicar información son muy relevantes partiendo de la investigación de Eva Heller.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por tu trabajo!
Un saludo.
Rafael Arenas.