NaCl
El sol acaricia la costa y las salinas guardan los suspiros del mar. El agua trae historias en cristales de sal. En gotas naturales, sin envasar al vacío y en plástico. Son fractales de formas curiosas que proyectan pura luz blanca. El último artesano de la sal, con sus manos curtidas y ojos centenarios, peina con mimo la salina. Cada mañana, antes de que el sol despierte, camina hacia los estanques llevando consigo la sabiduría ancestral de generaciones. Es un poeta entre las salinas, sus versos vuelan alto en el claro azul de cielo, cerca de la energía del sol. Con paciencia y amor, cosecha la esencia salada que da vida a su pueblo. No sabe de química, sabe de alquimia. No sabe de fórmulas complejas, es sencillo, natural… Él es una leyenda, un capítulo vivo y el guardián de un gran legado. Son las salinas su tesoro, y con él su historia perdura, la sus...