Una biblioteca en las nubes
El alma de Córdoba baila entre callejuelas empedradas.
Allí donde convergen las sombras del pasado con la luz del presente, si miras hacia arriba podrás encontrarte con una biblioteca de nubes. Un santuario celeste literario de páginas rasgadas por la escritura en sanscrito, en judío, en musulmán o en cristiano. Letras, caligrafías bellas, partituras compuestas de los abecedarios del mundo. Historias de este y de otros tiempos. Fragancias de tinta floral que huelen a historia antigua y siguen escribiendo el presente.
Las nubes sobrevuelan los patios donde, en silencio, la tarde se devora en lecturas.
Leer en las nubes, leer entre nubes. Las de Córdoba. Suspendidos entre el cielo y la tierra, los sueños, la tradición y la cultura flotan en armonía. Desafían la gravedad las obras maestras de la literatura cordobesa y las crónicas más ancestrales.
Carmen ha crecido entre estas nubes… Tal vez un día que ya no recuerda,
ascendió por una escalera de imaginación infinita que le prometía tocar las estrellas.
—Bienvenida, buscadora de conocimiento —susurraría el anciano en la puerta.
Carmen ahí sumergida. En los aromas de la poesía de Ibn Hazm, de las crónicas de los califatos y de las leyendas de los patios floridos. Todo allí, entre las nubes, es un legado flotante. El corazón de su jardín florece cuando evoca, cuando lee, cuando escucha…
En la universidad Carmen descubre el relato de una memoria colectiva. Maestro, aprendizajes, conocimiento y palabras. Ve llenándose las páginas que capturan cada risa, cada lágrima y todos los acordes de guitarra que hacen vibrar la ciudad.
La contagian de curiosidad y de intriga.
Carmen sigue el rastro de la leyenda con los sentidos a flor de piel y los sentimientos atentos a lo que cada jirón le cuenta. En la Plaza de la Corredera, las nubes pintan imágenes de Julio Romero de Torres. En la Judería, las nubes recuerdan los ecos de conversaciones entre sabios y poetas, los que alguna vez pasearon por esos callejones estrechos. También cada calle, cada rincón, era y es una página en blanco esperando ser escrita con las historias de las gentes que las habitan.
Entrar en las nubes de Córdoba es acceder a otra dimensión. Una dimensión mágica, una suerte de conexión entre el cielo y la tierra.
Carmen vuelve a menudo a la biblioteca flotante.
Con la ayuda de esta especial biblioteca, Carmen rescata y saca del olvido aquello que nunca debe olvidarse.
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